viernes, 5 de febrero de 2021

Joaquín Sorolla y el luminismo.

 (Valencia, 1863 - Cercedilla, España, 1923) Pintor español. Formado en su ciudad natal con el escultor Capuz, estudió posteriormente las obras del Museo del Prado y, gracias a una beca, pudo residir y estudiar en Roma de 1884 a 1889. En esta época se dedicó sobre todo a cuadros de temática histórica, que no ofrecen demasiado interés.


Detalle de un Autorretrato de 1904

Un viaje a París en 1894 lo puso en contacto con la pintura impresionista, lo que supuso una verdadera revolución en su estilo. Abandonó los temas anteriores y comenzó a pintar al aire libre, dejándose invadir por la luz y el color del Mediterráneo. Son precisamente las obras de colores claros y pincelada vigorosa que reproducen escenas a orillas del mar las que más se identifican con el arte de Sorolla.

Sin embargo, fue un artista muy activo, que realizó también numerosos retratos de personalidades españolas y algunas obras de denuncia social (¡Y aún dicen que el pescado es caro!) bajo la influencia de su amigo Blasco Ibáñez.

Su estilo agradable y fácil hizo que recibiera innumerables encargos, que le permitieron gozar de una desahogada posición social. Su fama rebasó las fronteras españolas para extenderse por toda Europa y Estados Unidos, donde expuso en varias ocasiones. De 1910 a 1920 pintó una serie de murales con temas regionales para la Hispanic Society of America de Nueva York.


¡Y aún dicen que el pescado es caro! (1894)
Niños en la playa (1910), de Joaquín Sorolla

En el estilo más característico de Sorolla, el de técnica y concepción impresionista, destaca la representación de la figura humana (niños desnudos, mujeres con vestidos vaporosos) sobre un fondo de playa o de paisaje, donde los reflejos, las sombras, las transparencias, la intensidad de la luz y el color transfiguran la imagen y dan valor a temas en sí mismo intrascendentes.

Algunos críticos consideran estas obras un cruce entre los impresionistas franceses y los acuarelistas ingleses. Existe una importante colección de pintura suya en el Museo Sorolla de Madrid.


lunes, 1 de febrero de 2021

EDUARDO KINGMAN PINTOR ECUATORIANO, el pintor de las manos


Connotado pintor, dibujante, grabador y muralista Lojano, Kingman es considerado uno de los maestros del expresionismo ecuatoriano. En sus cuadros impregnó el realismo social.

Nació en Loja el 3 de Febrero de 1913. Fue hijo de un médico norteamericano que trabajaba en las minas de Portovelo y de la lojana Rosa Riofrío. Desde muy joven vivió en Guayaquil con su madre y hermanos, luego viajó a Quito para inscribirse y estudiar en la Escuela de Bellas Artes.

Su primer trabajo como pintor y naturalista lo efectuó en una de las paredes de la hacienda "La Granja", propiedad de Benjamín Carrión. El gran maestro de las artes plásticas conquistó fama continental por notables obras como: Los Guandos, El Obrero Muerto, La Hora obscura, La Muda de la flor, Mundo sin respuesta, entre otras.



Participó en muchísimas exportaciones y galería de arte en algunas partes del mundo. Por su brillante carrera se hizo acreedor a los premios: el Carbonero, Gabriela Mistral y Eugenio Espejo. Kingman es el pintor de las manos, a decir de sus colegas y entendidos en el arte. Nadie como él supo encontrar en ellas, toda la simbolización de los más variados sentimientos humanos: angustia, ternura, piedad, ira, impotencia e injusticia. Su profundo humanismo irrenunciable compromiso de luchador incansable por las nobles causas a través de la denuncia de su arte visual, concebido desde una conceptualización filosófica y percepción existencialistas de signo trascendente y reinvindicador de la dignidad de derechos y libertades del ser humano, es reconocido también. Murió el Jueves 27 de noviembre de 1997, a los 84 años de edad.

Joaquín Sorolla y el luminismo.

  (Valencia, 1863 - Cercedilla, España, 1923) Pintor español. Formado en su ciudad natal con el escultor Capuz, estudió posteriormente las o...